Para todas las mujeres operadas por cáncer de mama, rehabilitación y cuidados
Ya estamos oficialmente en el verano!.
Tras la vorágine de estas últimas semanas a propósito de lanzar este espacio, y 15 días desde mi final de mi tratamiento, me he dedicado entre otras cosas a disfrutar del agua de la piscina y del jardín de casa de mi madre. Es un lujo y una suerte poder pasar el verano aquí, vuelvo a pensar en la suerte que tengo, es calidad de vida para mi pequeña familia de tres, para mi hijo desde luego, y para mi también con mis circunstancias pasadas y actuales, en esta nueva normalidad en la que vivimos con limitaciones seguridad COVID19.
El lunes estaba dentro del agua, haciendo lentamente unos largos en la piscina y pensé, esta semana voy a escribir sobre mi experiencia personal en relación al cuidado del cuerpo, el ejercicio, y el tratamiento de fisioterapia en el proceso de rehabilitación, recuperación y mantenimiento tras una mastectomía y vaciamiento ganglionar unilateral como me tocó pasar a mí.
Desde mi operación, han pasado 11 meses aproximadamente y yo sigo manteniendo una rutina de ejercicios y fisioterapia que a veces me gustaría fuera más constante y más tiempo a la semana pero no siempre es fácil y menudo 2020 llevamos tras esta “nueva normalidad”.
Cuando salí del quirófano el verano pasado, siempre tuve claro que iba a buscar a los mejores profesionales en fisioterapia oncológica en Madrid para realizar una rehabilitación bien a través de mi hospital, o por mi cuenta. Yo ya conocía a fisioterapeutas de confianza pero también quería un tratamiento específico para recuperación tras cirugía, y hacer todo lo que estuviera en mi mano para recuperarme mejor y minimizar secuelas a medio largo plazo.
Recomiendo sin reservas, a todas las mujeres que pasen por esto, que al poco tiempo de la intervención se pongan en manos de buenos especialistas para el proceso de rehabilitación de la piel, el tratamiento de las cicatrices, los tejidos blandos, etc., para reducir entre otros la inflamación, el dolor, recuperar elasticidad de los tejidos, la fuerza muscular, evitar las contracturas del pectoral, así como el riesgo de linfedema en el brazo, tan temido por las pacientes que hemos sido sometidas al vaciamiento ganglionar.
Yo lo hice, y a día de hoy, pese a los buenos resultados en general, sigo con algunas limitaciones, algunas seguramente no desaparecerán del todo, se vuelven incomodidades con las que convives, pero si inviertes en ti, vas notando cambios a mejor y puedes normalizar muchas de las actividades cotidianas, el deporte, etc., siempre bajo las recomendaciones de tu equipo médico, los fisioterapeutas y tus propias sensaciones.
En mi caso por motivos clínicos, no pude iniciar el proceso de reconstrucción mamaria de forma inmediata y aunque hubiera podido, yo no lo hubiera hecho, tenía claro que el siguiente paso de reconstrucción sería algo para pensarlo y afrontarlo con el tiempo, tuve clarísimo que a partir de este verano si todo salía bien, me daría un plazo sin fecha todavía, para recuperar mi vida en todos los sentidos y el siguiente puente a cruzar lo cruzaría llegado el momento.
De hecho, no tengo nada claro todavía lo que haré, de momento, he aceptado vivir con una prótesis externa, me he adaptado razonablemente bien y no me supone de momento un gran obstáculo psicológico. Para mí y estoy segura que otras mujeres se pueden sentir identificadas con este símil:
“No somos materia prima en una cadena de producción por ejemplo de tornillos dentro de un proceso automático, paso 1, paso 2, paso 3 y así hasta el final sin descanso”.
Los pasos en relación con la reconstrucción si tienen que llegar, llegarán y sino ya veremos… necesito un buen respiro!. No todas las mujeres deciden reconstruirse, otro tema para profundizar en otra ocasión… y yo todavía no he decidido nada en este sentido ni quiero hacerlo ahora. Aplazo la decisión.
Cada mujer es un mundo, yo me di cuenta por ejemplo en relación a la pérdida de cabello y la experiencia de vivir sin nuestro pelo, como consecuencia de la quimioterapia. Queda pendiente profundizar en esto en otra ocasión, sólo mencionar que cada mujer lo vive de una manera, desde las que no quieren ni verse al espejo sin pelo, o jamás se pondrían una peluca, o las que duermen incluso con ella, o las que como yo, se compran miles de pañuelos distintos o prueban diferentes opciones con pañuelos que tienen en casa y se entretienen intentando sacar la parte positiva del asunto.
Desde aquí agradecer a Sara Peñas, fisioterapeuta y mi profesora de pilates desde hace años, por su dedicación y atención, que he seguido contando con ella en todo el proceso desde el dignóstico hasta hoy, y a Curro Millán, fisioterapeuta experto en oncología de mama, rehabilitación mastectomía y prevención de linfedema, que ha sido todo un descubrimiento para mí, como persona y profesional.
Antes de acabar reconocer que no todas las mujeres cuentan con los mismos medios y recursos para invertir en ellas mismas, o suficiente información. No hay medios suficientes gratuitos en este sentido desde la sanidad pública, incluso con seguro médico privado, tenemos que recurrir a coste extra, pero siempre hay soluciones y formas de salir adelante, las asociaciones, son un buen medio de obtener ayuda e información. Yo he contado con los medios económicos suficientes, soy otra vez afortunada, pero también he priorizado, a la hora de consumir otros productos o servicios.
Justo hoy 24 de junio es mi cumpleaños, a por los 49!!
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