Empezando de nuevo… y en la nueva realidad Covid 19.

Esta semana me pongo a escribir de nuevo, todavía lenta de reflejos y con la cabeza sin ordenar del todo porque han sido unas vacaciones largas y aprovechadas.

Todo comienza de nuevo pero a la vez todo distinto, distinta yo por dentro y por fuera, y con distinta realidad a mi alrededor, la nueva normalidad.

Arranca el curso escolar con todo lo que implica para los que tenemos hijos, y a la vez me he reincorporado a mi puesto de docente, choque de realidad por partida doble en el mundo educativo escolar. Los protocolos de prevención Covid19 van a marcar muy significativamente el desarrollo de este curso 2020/2021, un nuevo reto y una nueva experiencia.

Así que con una lista larga de deberes, no me lo pienso más y me pongo a escribir porque me ayuda a concentrarme y situarme. Como ya he comentado en alguna publicación anterior, cuando yo me plantee esta aventura, el COVID19 todavía no había aparecido en nuestras vidas.

El confinamiento me ayudó para avanzar en los cimientos de este proyecto, pero empezó a ser difícil escribir sin tener en cuenta esta nueva realidad, ahora soy una «Recién superviviente de cáncer en una realidad condicionada directamente por el COVID 19», !quién me lo iba a decir!.

Siento que los que hemos pasado por una experiencia tan adversa como es superar un cáncer, y todo lo que conlleva, podemos ofrecer cierta perspectiva, y ayudar a otras personas a las que esta situación de nueva normalidad les esté superando.

Por eso, arrancando el curso y empezando mi vida en todas sus facetas, hoy me detengo a profundizar un poco en una de las emociones negativas más incómodas y nocivas para las personas, el MIEDO.

El miedo es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o pasado. La máxima expresión del miedo es el terror.

Yo experimenté el «Terror», al recibir la noticia de « Tienes un tumor malo en el pecho izquierdo, te van a hacer de todo, pero lo más probable es que tenga solución». Este nivel de miedo, es una emoción tan intensa y desagradable que sólo suele aparecer en momentos de amenaza o peligro grave real en tu vida fuera de nuestro control, salvo que hablemos de terror por existencia de fobias que tienen que ver con amenazas imaginarias.

Esta intensidad de miedo, no es habitual en el día a día, aparece en momentos puntuales en los que la amenaza real se percibe como muy peligrosa porque lo es, salvo que la persona tenga una fobia y esa amenaza o peligro no sea real y esté en su cabeza.

Seguro que otras personas que hayan pasado por situaciones muy adversas me entenderán. Cuando has experimentado el terror, por un peligro o amenaza para tu vida, real y no imaginario, y después has logrado sobreponerte, en parte porque te centras en luchar y tienes mas información sobre los riesgos a los que te enfrentas pero también sobre las posibles soluciones, la emoción negativa tan intensa se convierte en un miedo normal con el que luego convives, hasta que casi desaparece del todo como me ha pasado a mí. Digo casi, porque no me atrevo a decir que no aparecerá de nuevo cada vez que tenga que cumplir con los controles médicos durante los próximos años.

Si creo que «mi umbral del miedo» como «mi umbral del dolor» ya no será el mismo, experiencias como ésta, te ayudan a relativizar después, lo siguientes peligros o amenazas con los que te toca vivir, me he fortalecido, y he aprendido a protegerme y poner en práctica recursos para gestionar el miedo y la incertidumbre.

Durante todo el proceso, tuve mucha esperanza y ganas de luchar, y me centré en todos los aspectos positivos de mi vida, tratando de disfrutar y aprovechar los momentos buenos entre tanta dureza y eso me ayudó mucho a gestionar el miedo y la incertidumbre.

En esta nueva normalidad, existe una amenaza real y nueva, que nos afecta a todos de forma individual y colectiva, el COVID19.

Gracias a Dios, las consecuencias mas graves para la salud o con resultado de muerte, es sólo en un porcentaje pequeño de los infectados y parece que hay una masa mayoritaria de asintomáticos pero todavía hay mucho desconocimiento sobre el comportamiento de este virus, etc…etc… y esto genera preocupación y miedo. Mantenidos en el tiempo, porque esto es una realidad que ha venido para quedarse, pueden y están generando estados de ansiedad que van más allá de un estado de alerta normal.

Podemos llegar a experimentar amenazas imaginarias en nuestra mente, o adelantar acontecimientos negativos que no tienen porque ocurrir, contagiando incluso a las personas de nuestro alrededor como por ejemplo a nuestros hijos, los cuales, han aprendido a realizar conductas seguras y necesarias desde el punto de vista del Covid 19, pero que pueden tener consecuencias a futuro desde el punto de vista emocional y social.

Hay mucho por hablar y debatir sobre las consecuencias psicosociales y psicoemocionales del Covid19, tanto en los adultos como en las nuevas generaciones, ya habrá tiempo más adelante.

Voy acabando con unas recetas fáciles de practicar en relación a la «Gestión del miedo y la incertidumbre», técnicas sobre las que hay mucho estudiado y publicado por expertos y practicado en este siglo.

Yo misma me encontré de forma intuitiva poniendo varios recursos en práctica en pleno proceso de lucha por la superviviencia, y ahora sigo en ello, de forma mas racional y consciente.

Ahí va una » Lista de 10 Recetas Gestión del Miedo y la Incertidumbre» que espero os resulten útiles:

  • Aplica las medidas de protección anti contagio que nos han recomendado desde sanidad, que tú mismo/a puedes controlar.
  • Mantente informado/a pero no dediques todo tu tiempo libre del día a leer, hablar o a pensar en el Covid 19.
  • Acepta que todavía hay muchas incertidumbres, no certidumbres, y mientras tanto actúa con responsabilidad.
  • Céntrate en el «Aquí y Ahora» y en tus tareas del día a día.
  • Pon tu foco en todo lo que te de energía positiva y deja a un lado lo que te reste energía.
  • Agradece todo lo bueno que está a tu alcance.
  • Dedica tiempo a respirar profundamente, o a meditar. Si eres creyente a conectar con Dios y pídele paz y fuerza.
  • Pon tu mente de vez en cuando «a dieta», cuanto más pienses en el peligro, más miedo y ansiedad.
  • Haz ejercicio, tan simple como salir a andar, liberas endorfinas, (hormona de la felicidad).
  • Sigue relacionándote con las medidas oportunas, no te aísles.

Todas estos recursos están a vuestro alcance, aunque si es cierto, que algunos requieren tomar conciencia y práctica, incluso formarse para al menos conocer unas bases principales, como es en el caso de la meditación. Yo misma, estoy en ello, con mindfullnes, por ejemplo, sobre lo que dedicaré más publicaciones para profundizar en ello, y con testimonios de otras personas.

Me despido ya, si os ha parecido interesante, tenéis alguna inquietud, queréis hacer un comentario o cualquier aportación, os animo a todos/a a escribir.

Hasta la próxima!

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