Según la Sociedad Española de Oncología Médica, en su informe anual sobre el cáncer, las estimaciones a nivel mundial indican que el número de casos nuevos aumentará en las dos próximas décadas a 30,2 millones de casos nuevos al año en 2040.
Por otro lado, la supervivencia de los pacientes de cáncer en España se ha duplicado en los últimos 40 años y continuará en aumento en el futuro, en línea con otros países de nuestro entorno, debido a las actividades preventivas, campañas de diagnóstico precoz, y los avances médicos terapéuticos.
Hay más posibilidades de curación, prevalencia y/o remisión definitiva de la enfermedad, y cada vez son más personas con una vida por delante, por lo que es necesario fomentar por parte de todos, supervivientes, empresas, organizaciones, profesionales, administración pública, etc., el acceso a un trabajo digno, adecuado, motivador y saludable.
Cada uno de nosotros podemos aprovechar las enseñanzas, y el aprendizaje que nos deja esta vivencia, poner el foco en las oportunidades y por supuesto conocer el marco laboral y seguridad social, más aún en una situación como la que estamos viviendo a raíz del Covid19.
El número de casos de cáncer crece cada año (ver gráfica), en parte debido al diagnóstico precoz de la enfermedad.
Según este Informe, el número de nuevos casos de cáncer diagnosticados en España en el año 2022 alcanzó los 290.000 casos, cifra muy superior a la de 2020, según datos oficiales de la Red Española de Registro de Cáncer.
Por otra parte, según el informe sobre “El Cáncer en España” elaborado por el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) presentado en junio de 2019, la inserción laboral es una de las dificultades que llegan tras el cáncer, del 96 % de los encuestados afirma haber tenido problemas para pedir una baja laboral por su enfermedad y un 70 % de los pacientes del estudio, se siente incomprendido por parte de las empresas a la hora de reincorporarse a sus puestos de trabajo y pone de manifiesto que la carrera profesional es uno de los aspectos de la vida de los pacientes que se ven más afectados tras un diagnóstico de cáncer, ya que crece el porcentaje de los enfermos jóvenes que tienen todavía por delante muchos años de vida laboral.
La mayor parte de las personas encuestadas en este estudio, considera que un paciente o superviviente de cáncer tiene dificultades, tanto sociales como psicológicas, a la hora de reincorporarse al mundo laboral. Asimismo, los pacientes entrevistados afirman que han encontrado limitaciones para realizar el mismo trabajo que hacían antes de ser diagnosticados.
Existe una preocupación general en pacientes y familiares por el descenso de la calidad de vida durante y después de los tratamientos, tanto a nivel físico como emocional, algo que también puede afectar en su entorno laboral.
El cuerpo es distinto tras un cáncer e implica un proceso de adaptación de medio largo plazo
para auto cuidarte, generar y consolidar rutinas que favorezcan tu bienestar físico.
Cuerpo y emociones van de la mano, por lo que todo lo que consigamos en favor de nuestro
estado físico tendrá beneficios en nuestra estabilidad y bienestar emocional.
El trabajo es un factor estratégico que tiene un impacto directo en la salud, por lo que es importante que esta dimensión esté bien alineada con tus objetivos de auto cuidado y bienestar tras el cáncer.
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